Queridos lectores,

Hoy mi carta solo puede tener un deseo. Que no me falte ninguno más. Ha sido un año muy duro para todos. Muchos de nuestros lectores nos han dicho adiós y muchos otros han sufrido pérdidas irreparables. Nosotros, desde ParaPupas, hemos tratado de daros el calor de un abrazo que, en ese momento, nadie podía daros. Ese abrazo que faltó nos marcará para siempre.

En ParaPupas hemos tratado de cuidaros, a todos y cada uno de vosotros, como si fuerais de nuestra familia. El padre que yo nunca tuve, el abuelo que, aunque se me fue con 90 años (hace ya 7), me dejó huérfana demasiado pronto.

Hemos llorado con vosotros. Os hemos enviado comida casera cuando ya no teníais fuerzas – ni permiso – para salir de casa. Os hemos presentado a maravillosos voluntarios que os han atendido con una generosidad, una ternura y una grandeza que nunca pensé que podría encontrar en la juventud de hoy en día. Sin duda he recuperado la fe en nuestra sociedad.

Nos hemos emocionado con los aplausos, con el personal sanitario, con los coches de policía que venían a los barrios a animar a los niños que cumplían años. Nos hemos convertido en mejores vecinos. Creo que en mejores personas. Hemos inventado la fiesta de los balcones y el amor de rellano. Nuestros mayores han sido los abuelos de todos nosotros. Yo cuido al tuyo, que tú estás lejos. Y tú cuidas a tu vecina, que está sola. Maravilloso, verdad?

Ya queda poco. Este año que en breve comienza, nos va a traer esa ansiada vacuna, que acabará con esta pandemia de soledad. Solo falta un poco más. Es verdad que ese “poco más” es muy especial. Es la Navidad.

 

Como todos sabéis, en enero empiezan las vacunaciones. Pero la vacuna no sirve de nada si nos hemos contagiado en Navidad. Es por ello, que a las puertas del fin de esta pandemia, no podemos bajar la guardia. Más ahora que nunca debemos protegernos y proteger a quienes más queremos. Yo personalmente llevo sin ver a mis tíos desde que empezó todo esto. Y me da muchísima pena porque ellos solo nos tienen a nosotros. Pero renunciar a su compañía y a la de mi madre en Navidad va a ser mi demostración de amor.

 

No lo sé. Quizás celebremos la Navidad todos juntos en abril. Tal vez decore mi casa con luces centelleantes, ponga mi Belén de herencia y una bonita guirnalda en la puerta y celebremos en primavera una Navidad inolvidable.

 

Por ahora sé que compartiré con ellos la Navidad gracias a la tecnología. Haremos video llamadas para que ninguno se sienta triste. Les animaré a preparar un rico menú y trataré de que no se sientan solos, sino queridos.

 

También os animo a que seáis creativos y más empáticos que nunca. Vuestra vecina o vecino de rellano está solo? qué tal si abrís las puertas y ponéis cada uno su mesa de Navidad en vuestros respectivos recibidores?. “Lejos pero cerca“. Puedes también preparar un postre de más para ese vecino que no está de humor para cocinar algo especial. Hoy más que nunca debemos cuidarnos los unos a otros. Creo que ese es, en realidad, el verdadero espíritu de la Navidad.

 

Este año 2020 ha sido, probablemente, el peor de nuestra historia reciente. Con miles y miles de familias rotas. Con miles y miles de abrazos y despedidas que nunca llegaron. Que se quedaron en el tintero. Pero ya queda poco. Es difícil pediros ilusión para esta Navidad, pero aún así lo haré. Ilusión por vivir, por volver a abrazar a los seres queridos, por volver a jugar con los nietos…

Seguro que el año que viene tendremos todos unas Navidades maravillosas.

 

Ver también:

DIFERENCIA ENTRE DISCAPACIDAD Y DEPENDENCIA. VER

GRADOS DE ESCARAS. VER

QUIÉNES SOMOS. VER

AYUDAS PARA ADAPTAR EL BAÑO. VER

COMITÉ DE EXPERTOS. VER

También te puede interesar:

PÉGATE UN CAPRICHO EN NAVIDAD!

Mira nuestros magníficos menús a domicilio.

Asistencia domiciliaria en toda España. VER

Nuestros productos para cuidarte y que te cuiden. VER.

Nuestros teléfonos, productos GPS y otros gadgets para mayores. VER.

Nuestros productos para adaptar el baño a las nuevas circunstancias. VER

Nuestros productos para mimar los pies. VER.

Nuestros sillones relax. VER.