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ENVEJECIMIENTO SALUDABLE
En los últimos años, hemos pasado de vivir hasta los 35 de media en 1900 (en el caso de los hombres) a superar los 78 actualmente. Además, según la Organización Mundial de la Salud entre 2015 y 2050 habrá el doble de personas mayores en
todo el mundo. Debido a este aumento de la esperanza de vida en las personas, se ha comenzado a hablar de “envejecimiento saludable”, pero ¿qué significa realmente este término?
Es importante mantener hábitos de vida saludables y evitar factores de riesgo para poder vivir esa etapa de envejecimiento con mayor calidad. Eso hace que sea imprescindible que desde la infancia se imparta una educación basada en los estilos de vida saludables, transmitir la importancia de llevar una dieta equilibrada y realizar actividad física periódica.
La salud depende en una gran medida de la dieta que llevamos, debemos reducir las grasas y consumir más frutas, verduras y fibra (la dieta mediterránea es perfecta). También es imprescindible entrenar periódicamente (con 30 minutos al día es suficiente) para así mantener la masa muscular y no sentir debilidad. Entendemos que no siempre es fácil realizar actividad física en el exterior por diversos motivos (ya sea por el clima, por dificultad de movilidad o incluso por pereza), por ello nosotros ofrecemos haciendo CLICK AQUÍ diversos ejercicios de rehabilitación o de entrenamiento para realizar desde tu casa.
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“Mens sana in corpore sano”. De nada sirve tener un cuerpo sano si no cuidamos nuestra mente. Hay que trabajarla mediante ejercicios de memoria para lograr mantener el cerebro en forma durante más tiempo.
Además, por otro lado, hay que realizar revisiones médicas rutinarias y dejar los malos hábitos como fumar o beber alcohol.
Hay que mantener estas costumbres durante toda la vida ya que ser activo de joven ayudará a serlo en la tercera edad. Los hábitos que adquirimos de jóvenes nos ayudan a las personas a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, nunca es tarde para llevar una vida activa, como se suele decir “más vale tarde que nunca”, por lo que, aunque no se sea activo de joven, se puede ser de mayor.
Ante todo, hay que dejar de ver la etapa de la vejez como un continuo deterioro e intentar que no sea así. No siempre tenemos que relacionar esta parte del ciclo de la vida con lo negativo.
Los geriatras por ejemplo no valoran el nivel de vejez por la edad, sino que han desarrollado “la edad funcional”. Esto consiste en analizar el ejercicio de nuestro organismo de una manera biológica, psicológica y social, es decir, el funcionamiento de nuestro sistema de arteria, la condición de los músculos y cómo razonamos y sentimos. Así se podría considerar que dos personas de la misma edad no envejecen igual.
El envejecimiento se puede clasificar en tres tipos:
Vejez normal: Se sufren cambios biológicos y psicológicos relacionados con la edad, por lo que son inevitables.
Vejez patológica: Consecuencia de alguna enfermedad y discapacidad que no son relacionadas con el envejecimiento. Sin embargo, es cierta la relación que, a cuanta más edad, más probabilidad de enfermar.
Vejez activa, satisfactoria, con éxito o competente: Es un envejecimiento óptimo, de calidad, con pocas probabilidades de enfermar.
La felicidad es muy importante para el bienestar. Las personas que tienen una vida social amplia y una vida activa son más felices, y esto influye en gran manera en la salud tanto mental como física.
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