GRADOS DE MINUSVALÍA O GRADOS DE DISCAPACIDAD
Una persona se considera que tiene una “discapacidad” cuando padece de alguna condición que le limita o impide desarrollar de manera independiente y/o autónoma su vida. A día de hoy existen diversas maneras de denominar esta situación, sin embargo se prefiere utilizar “diversidad funcional” para denominarlo.
Cabe destacar como conclusión, que el término discapacidad será útil únicamente a la hora de dictaminar si una persona es capaz de continuar desempeñando una actividad concreta para recibir una paga de asistencia, pero jamás como una definición del “valor” de una persona.
El grado de discapacidad mide el nivel de dificultad que una persona tiene, en general, para su integración social y que deriva tanto de la discapacidad que padece como de factores sociales complementarios relativos. Son su entorno familiar y situación laboral, así como la educativa y cultural. Se mide en porcentajes de entre los cuales el mínimo es el del 33% para acceder a casi todo tipo de prestaciones y ayudas.
Se valora el grado y porcentaje de discapacidad de una persona en función de las actividades de la vida diaria que se dividen en: autocuidado, comunicación, actividades físicas, funcionales, control del sueño.
¿Cuándo podemos considerar que una persona tiene dificultades de movilidad? Cuando necesita una silla de ruedas o depende de dos bastones para deambular y cuando puede pasear pero cuenta con conductas agresivas difíciles de controlar.
El término “discapacidad” es utilizado por el Instituto Nacional de Seguridad Social para:
Reconocer la incapacidad de un trabajador por enfermedad o accidente.
Las personas que reciben una paga para subsistir porque no pueden tener una vida laboral activa.
Las personas que necesitan de facilidades extras o ayuda de terceras personas.
La calificación del grado de discapacidad responde a criterios técnicos unificados. Se reconocen cinco grados de limitación de la autonomía, ordenados de menor a mayor porcentaje. Cada categoría reconoce un grado de dificultad para realizar las Actividades de la Vida Diaria, de manera que el primer grupo incluye las deficiencias permanentes que no producen discapacidad y el último grupo las deficiencias permanentes severas que suponen, incluso, la dependencia de otras personas. En la siguiente tabla se puede observar los grados de discapacidad, síntomas y clasificación en términos de porcentaje.
Grado 1 de discapacidad -> Discapacidad nula:
La persona sufre daños, tiene síntomas, signos o secuelas pero puede realizar las actividades diarias en su totalidad.
Grado 2 de discapacidad -> Discapacidad leve:
La persona sufre daños, tiene síntomas, signos o secuelas y cuenta con dificultad para realizar las actividades diarias. No las puede realizar en su totalidad.
Grado 3 de discapacidad -> Discapacidad moderada:
La persona sufre daños, tiene síntomas, signos o secuelas y como consecuencia sufre una disminución o imposibilidad de realizar las actividades diarias. En cuanto a las actividades de autocuidado la persona es independiente.
Grado 4 de discapacidad -> Discapacidad grave:
La persona sufre daños, tiene síntomas, signos o secuelas y como consecuencia sufre una disminución o imposibilidad de realizar las actividades físicas. En cuanto a las actividades de autocuidado, alguna de ellas puede verse afectada.
Grado 5 de discapacidad -> Discapacidad muy grave: